abril 13, 2009

¡Viva México cabrones!

El avión despegó, pero a los veinte minutos volvimos a tierra por desperfectos técnicos. Luego de dos horas alzamos vuelo nuevamente. Entre las diferentes voces que intentaban explicar lo sucedido y el particular ejercicio de elegir entre ¨pasta o pollo¨ pasaron las horas. Al despertar ya estábamos en el D.F. mexicano, listos para conocer a Silvia y Roberto. Y así fue. Sencillamente genial. Inolvidable.